La motivación en las estudiantes
Podemos definir la motivación como el proceso mediante el cual, los esfuerzos de una persona se ven energizados, dirigidos y sostenidos hacia el logro de una meta o un tipo de objetivos. En las estudiantes, si esta motivación no se encuentra, es difícil que sus rendimientos o aprendizajes sean buenos u óptimos, pues antes de razones exteriores a ellas, su motivación debe ser y hecha por ellas. Es algo que impulsa a seguir, para tanto el presente como para el futuro.
Las motivaciones a veces pueden ser simples, complejas, de corto o largo plazo, etc; pero para que esa motivación sea más duradera o fuerte en cada persona, debe venir de su propio ser. Por ejemplo, soñar con estudiar una carrera universitaria sobre la cual existe un gran deseo interior que impulsa vivir esta experiencia como un anhelo ferviente por ello. Cuando las personas son quienes perciben desde su propio conocimiento y personalidad los talentos que tiene, las habilidades que ha desarrollado y los sueños trazados, constituyen por ende una motivación. Y es esa misma persona quien debe cultivar día a día y con gran esfuerzo la consolidación de sus proyectos para vivir con alegría cada paso para el alcance de los sueños. El eje que permite este camino es la motivación.
¿Pero qué pasa cuando esa motivación se empieza a apagar en la escuela? cuando el camino que se está recorriendo para el alcance de un sueño trazado es exigente, surge la sensación de dificultad lo que se convierte en un sobreesfuerzo que muchas veces las estudiantes no logran realizar. La percepción en la que la tarea es “más difícil” o que el proceso comienza a ser “más duro”, hace pensar que el paso dado cuesta cada vez más trabajo lo que denota cansancio que puede reflejarse en actitudes de desánimo, tristeza o cansancio. Es posible pensar en que tal vez no se está aprendiendo y es allí donde surge una lucha consigo misma por no saber lo que está pasando o cómo arreglarlo y preocupa cada vez más como llegar a ese futuro ; y no es que ya no se quiera sino que las cosas que ocurren no se dan como se esperan o se prefiere no vivirlas, evitarlas con el fin de llegar a la meta de manera fácil o sencilla.
Es aquí donde cabe la pregunta, ¿estamos haciendo algo para cambiar la situación? Algo importante de la motivación, es la dirección, con esto se es más fácil encontrar el camino a donde se pretende ir, acompañado de la organización y la perseverancia como condición del esfuerzo permanente que las estudiantes deben imprimir a sus acciones de tal modo, que el alcance de la meta sea satisfactorio, sea el goce del orgullo hecho constancia y por ende, convertido en un éxito profesional, personal, familiar, social, emocional y en especial, un éxito espiritual, ya que en este mundo las cosas valen la pena cuando llevan las huellas de la constancia y el esfuerzo.
Finalmente, es importante cuidar la salud mental y actitudinal, ya que cuando el agotamiento emocional aparece en las personas, afecta negativamente todas las cosas que se realizan; pues puede dar la sensación de pausa, suspensión, renuncia y finalización del camino, que puede desencadenar el abandono de los proyectos trazados y por ende, una sensación de frustración o fracaso, consecuencia de un desequilibrio entre lo que se da y lo que se recibe.
Nunca debemos olvidar que, si es necesario descansar, tomar una pausa corta, es importante hacerla y aprovecharla para escuchar nuestra conciencia, nuestro instinto e interior. De requerir ayuda, es importante solicitarla a quien considere oportuno: padres, familiares, docentes, profesionales de apoyo, compañeras, entre otros; quienes tendrán ideas y motivaciones para impulsar el proceso y direccionar el camino que signifique el equilibrio entre ideas, deseos y situaciones que se presentan. Recuerden que la vida es para vivirla, disfrutarla con amor, dedicación, alegría y en ello, quienes nos rodean pueden aportar significativamente en el desarrollo de nuestro proyecto de vida, porque contienen en muchas ocasiones la motivación propicia como orientación principal. Siempre dependerá de sí mismo si se quiere seguir y vivenciar el éxito de nuestras metas.
Sofia Valentina Fúneme Reyes -1004
Las motivaciones a veces pueden ser simples, complejas, de corto o largo plazo, etc; pero para que esa motivación sea más duradera o fuerte en cada persona, debe venir de su propio ser. Por ejemplo, soñar con estudiar una carrera universitaria sobre la cual existe un gran deseo interior que impulsa vivir esta experiencia como un anhelo ferviente por ello. Cuando las personas son quienes perciben desde su propio conocimiento y personalidad los talentos que tiene, las habilidades que ha desarrollado y los sueños trazados, constituyen por ende una motivación. Y es esa misma persona quien debe cultivar día a día y con gran esfuerzo la consolidación de sus proyectos para vivir con alegría cada paso para el alcance de los sueños. El eje que permite este camino es la motivación.
¿Pero qué pasa cuando esa motivación se empieza a apagar en la escuela? cuando el camino que se está recorriendo para el alcance de un sueño trazado es exigente, surge la sensación de dificultad lo que se convierte en un sobreesfuerzo que muchas veces las estudiantes no logran realizar. La percepción en la que la tarea es “más difícil” o que el proceso comienza a ser “más duro”, hace pensar que el paso dado cuesta cada vez más trabajo lo que denota cansancio que puede reflejarse en actitudes de desánimo, tristeza o cansancio. Es posible pensar en que tal vez no se está aprendiendo y es allí donde surge una lucha consigo misma por no saber lo que está pasando o cómo arreglarlo y preocupa cada vez más como llegar a ese futuro ; y no es que ya no se quiera sino que las cosas que ocurren no se dan como se esperan o se prefiere no vivirlas, evitarlas con el fin de llegar a la meta de manera fácil o sencilla.
Es aquí donde cabe la pregunta, ¿estamos haciendo algo para cambiar la situación? Algo importante de la motivación, es la dirección, con esto se es más fácil encontrar el camino a donde se pretende ir, acompañado de la organización y la perseverancia como condición del esfuerzo permanente que las estudiantes deben imprimir a sus acciones de tal modo, que el alcance de la meta sea satisfactorio, sea el goce del orgullo hecho constancia y por ende, convertido en un éxito profesional, personal, familiar, social, emocional y en especial, un éxito espiritual, ya que en este mundo las cosas valen la pena cuando llevan las huellas de la constancia y el esfuerzo.
Finalmente, es importante cuidar la salud mental y actitudinal, ya que cuando el agotamiento emocional aparece en las personas, afecta negativamente todas las cosas que se realizan; pues puede dar la sensación de pausa, suspensión, renuncia y finalización del camino, que puede desencadenar el abandono de los proyectos trazados y por ende, una sensación de frustración o fracaso, consecuencia de un desequilibrio entre lo que se da y lo que se recibe.
Nunca debemos olvidar que, si es necesario descansar, tomar una pausa corta, es importante hacerla y aprovecharla para escuchar nuestra conciencia, nuestro instinto e interior. De requerir ayuda, es importante solicitarla a quien considere oportuno: padres, familiares, docentes, profesionales de apoyo, compañeras, entre otros; quienes tendrán ideas y motivaciones para impulsar el proceso y direccionar el camino que signifique el equilibrio entre ideas, deseos y situaciones que se presentan. Recuerden que la vida es para vivirla, disfrutarla con amor, dedicación, alegría y en ello, quienes nos rodean pueden aportar significativamente en el desarrollo de nuestro proyecto de vida, porque contienen en muchas ocasiones la motivación propicia como orientación principal. Siempre dependerá de sí mismo si se quiere seguir y vivenciar el éxito de nuestras metas.
Sofia Valentina Fúneme Reyes -1004